Si se siente abrumado hoy, no está solo. Los maestros de todo Estados Unidos están lidiando con niveles sin precedentes de estrés mental. Al comienzo de la pandemia de COVID-19, el Centro de Inteligencia Emocional de Yale realizó una encuesta a nivel nacional a más de 5,000 maestros estadounidenses.
Cuando se les pidió que describieran su salud mental y niveles de estrés, los cinco términos más utilizados por los educadores fueron «triste», «abrumado», «ansioso», «temeroso» y «preocupado». Afortunadamente, la psicología positiva puede ayudarlo a desarrollar su resistencia al estrés, prevenir el agotamiento, mejorar su bienestar general y desempeñarse mejor en su salón de clases.
Fuentes comunes de estrés mental
La Universidad Estatal de Pensilvania estudió recientemente los factores desencadenantes más comunes del estrés mental entre los maestros. El estudio encontró que las demandas laborales y el acceso a los recursos laborales eran las causas más comunes de estrés entre los educadores. Esto a menudo se debió a la implementación de nuevas políticas o nuevas estrategias en el aula sin que los maestros recibieran capacitación y apoyo formal.
Otras fuentes de estrés, según la Universidad Estatal de Pensilvania, incluyen la cultura escolar (incluido el liderazgo escolar o la falta de él) y las altas exigencias laborales.
Cómo el estrés altera tu cerebro
Cuando se enfrenta a una situación estresante (como políticas ambiguas contra una pandemia, demandas laborales irrazonables o nuevas demandas de programas sin los recursos adecuados o el apoyo de entrenamiento), la respuesta al estrés de su cuerpo se activa. Las hormonas del estrés se propagan por su cuerpo, acelerando su frecuencia cardíaca y aumento de la presión arterial. Su respiración se acelera, inundando su sistema con oxígeno. Su piel se pone roja y caliente, e incluso puede estar sudando.