(CNN Español) — Ser mujer es aprender a decir “no” a sociedades y costumbres que determinan lo que debemos ser, hacer y sentir. Es aprender a decir «no» a las oportunidades negadas, los roles asignados y las expectativas de los demás. En México y Latinoamérica encontramos millones de historias que lo demuestran. Existen en todas las generaciones, en todos los niveles sociales, en todas las familias. Hay migrantes, empresarias, deportistas, campesinas, profesionales. Es el denominador común, junto con la sangre, que nos une con nuestras madres y ancestros.
Aprende a decir no». No a la violencia, no a la pobreza, no a la desigualdad. No a todo lo que se nos ha querido negar por ser mujeres. Una batalla incesante que hoy sale a la calle y lo grita, lo exige. Batallas que muchas veces, la mayoría, se libran en silencio, en soledad, durante varios años, a lo largo de la vida.
Por eso CNN ha puesto su mirada en cuatro mujeres que no se conocen, pero que están unidas por su tenacidad para decir “no” a hechos que las obligaron a redefinirse y renacer. Cuatro mujeres cuyas vidas se cruzan con la nuestra porque es imposible no encontrar la nuestra en sus historias; y en su lucha, su ejemplo:
Elsa, la mujer mazahua que nos protege del sol
Solo Elsa Sánchez sabe cuántos sueños perdió de vista en esos años que apacentó ovejas. Nacer indígena mazahua marcó su camino, uno que forjó para que, a pesar de todas las adversidades e innumerables obstáculos, la llevara más allá del cielo.
Andrea, la mujer que convirtió el duelo en libertad
A la edad de 22 años, la vida que conocía Andrea Zuckermann se vino abajo. Nada volvería a ser igual. Renunciar puede ser una opción, pero no. Levantó la cara, miró de frente a la vida y se reinventó. El quebrantamiento se convirtió en coraje e inspiración. En la pasarela que es la vida encontró otra oportunidad, en la que ahora camina en plena libertad.
Azucena, la mujer que salva en el club de las cicatrices
Azucena Magallán tardó media vida en comprender que lo que vivió de niña fue abuso sexual. Un hecho doloroso que ella, una vez que lo dimensionó, se convirtió en motivo para buscar ayudar a otras mujeres que vivieron situaciones similares. Hoy, a sus 21 años, sabe que tender la mano es una forma de devolver lo que otras mujeres hicieron por ella cuando más lo necesitaba.
Sandra, la mujer que plantó flores para la eternidad
Cuando a Sandra Monroy le diagnosticaron cáncer de mama en marzo de 2021, supo que a pesar de lo que sentía en ese momento, existía la posibilidad de salvarse. La detección temprana hizo toda la diferencia. Sin embargo, en el camino tuvo que aprender que a veces esta enfermedad requiere la adopción de medidas que a algunos les pueden parecer drásticas, pero que, para ella, dice, eran la manera de dotar de tranquilidad a su cuerpo. ella.
Elsa, Andrea, Azucena y Sandra. Cuatro rostros en los que nos vemos reflejados por su audacia, valentía y resiliencia. Cuatro mujeres que, en el camino, convirtieron sus destinos en lecciones de vida: no a las barreras sociales, no a la violencia, no a las limitaciones físicas, no a la muerte. Nombres comunes en mujeres extraordinarias y, como ellas, millones.
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