El reciente fallo de la Corte Suprema de los EE. UU. que revivió el debate sobre adaptaciones religiosas en el lugar de trabajo envió un mensaje evidente a los empleadores: es mejor que tengan una buena razón para negar la solicitud de un empleado.
Pero, ¿qué constituye una buena razón? Los expertos dicen que el fallo hace que eso sea más difícil de determinar, aunque pone el listón más alto para que los empleadores demuestren que una adaptación sería una «dificultad excesiva».