El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación de México, Alejandro Encinas, afirmó este miércoles que existen elementos para probar que los cinco jóvenes que murieron el 26 de febrero en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fueron presuntamente ejecutados por miembros del Ejército a pesar de el hecho de que no estaban armados y que no tuvieron un enfrentamiento con militares. El funcionario agregó que hay que esperar los resultados de la investigación. CNN se ha comunicado con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para conocer su posición sobre lo dicho por Encinas. El 28 de febrero, la Sedena dijo en un comunicado que, el día de los hechos, los militares escucharon armas de fuego y se dirigieron al lugar de los disparos, donde vieron un vehículo a toda velocidad con siete personas a bordo. Según la versión oficial, la unidad militar colisionó con el otro vehículo y, al escuchar un ruido, los soldados dispararon sus armas.