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¿Qué es el Acuerdo de Escazú?

(CNN Español) — Proteger a los defensores ambientales y garantizar el acceso a la información, la participación y la justicia ambiental: estos son los pilares del Acuerdo de Escazú, un pacto histórico del que ya forman parte 13 países de América Latina y el Caribe, uno de los lugares más peligrosos del mundo para quienes luchar por la conservación de la Tierra.

El Senado de Colombia ratificó esta semana un acuerdo que, en realidad, ya ha recorrido un largo camino: fue adoptado en 2018 en Escazú, Costa Rica, luego de dos años de negociaciones. Y dos años después, con la ratificación de 11 países, entró en vigor.

El acuerdo regional parte de un supuesto clave: vivir en un ambiente sano es un derecho que los Estados deben garantizar. Y debe entenderse en el contexto de una región que, como sostiene Unicef, es una de las que tienen menos mecanismos de transparencia y acceso a la información sobre el medio ambiente mientras que, al mismo tiempo, es una de las áreas donde hay más crímenes contra defensores. del medio ambiente.

Información, participación y justicia: los tres pilares del Acuerdo de Escazú

El acuerdo busca garantizar el acceso de la población a la información relacionada con el estado del medio ambiente, los proyectos que puedan impactarlo y las decisiones que se tomen en la materia. Esto implica reglas para atender las solicitudes de información —por ejemplo, establece que las autoridades deben responder a las solicitudes en un plazo máximo de 30 días hábiles, entre muchas otras disposiciones—, y una guía de la información que los propios estados deben generar y publica, que trata temas tan diversos como el uso y conservación de recursos, áreas contaminadas, permisos otorgados por estados, etc.

El segundo pilar es que la población sea consultada y participe en los procesos de toma de decisiones sobre el medio ambiente, mientras que un tercer pilar se refiere al acceso a la justicia en los casos en que los ciudadanos sean excluidos de los procesos de toma de decisiones o en los que deban recibir reparación por sus acciones. perjudicial para el medio ambiente.

El acuerdo también contempla una serie de medidas para mejorar las capacidades relacionadas con este tema y para la cooperación entre quienes forman parte del mismo.

defender a los defensores

“Cada parte garantizará un entorno seguro y propicio en el que las personas, grupos y organizaciones que promuevan y defiendan los derechos humanos en materia ambiental puedan actuar sin amenazas, restricciones e inseguridad”, dice también el acuerdo.

Los Estados, en virtud del mecanismo, se comprometen a proteger los derechos de quienes defienden el medio ambiente y también a investigar y sancionar “ataques, amenazas o intimidaciones” que sufran los defensores de la naturaleza.

El Acuerdo de Escazú puede ser considerado “una gran victoria para una nueva generación de jóvenes, líderes, organizaciones sociales y comunitarias que están definiendo un rumbo diferente, un rumbo de transformación para las posibilidades de mantenimiento de la naturaleza que permanece en las condiciones de amenaza climática”. e impactos fuertes como la pandemia y en general los fenómenos de transformación de los ecosistemas”, explicó el profesor Manuel Pérez, director del Departamento de Desarrollo Rural y Regional de la Pontificia Universidad Javeriana, en declaraciones a la prensa que compartió con CNN.

Pero, sobre todo, debe entenderse como una “nueva narrativa de negociación y acuerdo” que asigna mayor responsabilidad al Estado y le exige rendir cuentas en materia ambiental.

De hecho, si los estados no cumplen, bajo Escazú los conflictos pueden ser trasladados a la Corte Internacional de Justicia, explicó Pérez.

Colombia y Brasil, dos grandes ausentes (hasta ahora) del acuerdo de Escazú

El acuerdo está abierto a los 33 países que conforman la región de América Latina y el Caribe, pero no todos le han dado su visto bueno. Los que aún no se han sumado a la iniciativa son Belice, Brasil, Colombia, Costa Rica (pese a que precisamente fue adoptada en ese país), Dominica, Granada, Haití, Jamaica, Paraguay, Perú y República Dominicana.

Colombia, por cierto, es el país donde se registró la mayor cantidad de asesinatos de defensores ambientales en 2020, según la organización Global Witness. El número subió a 65, y Colombia fue seguida por México (30), Filipinas (29) y Brasil (20).

¿Por qué, cuatro años después de su adopción, tantos países no lo han ratificado? Pérez explicó a CNN que “en los países de América Latina se siente la presión de las industrias extractivas” de las que dependen y en ese contexto puede haber falta de voluntad política.

Entre los que lo integran se encuentran México, Argentina, Bolivia, Ecuador, Panamá y Chile —la más reciente incorporación— donde el Senado lo aprobó a finales de mayo de 2022.

El presidente Gabriel Boric, por cierto, fue uno de los que inauguró la primera Conferencia de las Partes, mecanismo de encuentro previsto en el acuerdo, que tuvo lugar en Santiago en abril de este año. Su mensaje, cuando el país aún no había ratificado el acuerdo, no tenía grises: “O nos salvamos juntos o nos hundimos separados”.

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