(CNN Español) — Cuando Hugo Chávez gobernó en Venezuela, Luiz Inácio Lula da Silva lideró Brasil, y Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina consolidaron su popularidad, Colombia siguió transitando un camino paralelo a la ola de gobiernos de la izquierda que dominó las preferencias de los votantes latinoamericanos a principios del siglo XXI.

Pero ahora, Colombia ha dado un giro. Tras varios años de gobiernos de derecha o de centroderecha en las figuras de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos y más recientemente Iván Duque, ahora el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, acaba de ganar las elecciones con un programa progresista.

Colombia no está sola. En Chile, Gabriel Boric asumió la presidencia en 2021, el mismo año que Xiomara Castro en Honduras y Pedro Castillo en Perú. Antes de ellos, ya gobernaron Alberto Fernández en Argentina (2019) y Andrés Manuel López Obrador en México (2018).

Como a principios del siglo XXI, los candidatos progresistas han ganado las últimas elecciones presidenciales, y en 2022 aún quedan por delante las trascendentales elecciones en Brasil, donde Jair Bolsonaro, uno de los últimos presidentes y referentes de la derecha en el continente, será intentar ser reelegido compitiendo nada menos que con Lula, símbolo de la izquierda que intenta volver al poder y liderar las encuestas.

¿Qué diferencias podría tener esta nueva ola de gobiernos progresistas con la anterior? Expertos y analistas consultados por CNN ofrecen esta hoja de ruta.

Similitudes y diferencias en los contextos

Han pasado casi 20 años desde que Chávez, fallecido en 2013, promoviera las ideas de un «socialismo del siglo XXI» durante el Foro Social Mundial de Caracas en 2005, y los contextos han cambiado.

Era una América Latina diferente, que intentaba adaptarse a los grandes cambios en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y su relativa ausencia en la región, con países que atravesaban o salían de grandes crisis económicas. como Argentina, Brasil y México. —y que comenzaba a beneficiarse de los altos precios de las materias primas.

El mundo actual, en cambio, recién está saliendo de la pandemia del covid-19 y sus efectos en la salud y la economía, y América Latina aún no se ha recuperado del colapso económico provocado por el confinamiento, mientras que algunos países, como Argentina y en especial la Venezuela de Chávez -hoy gobernada por Nicolás Maduro-, ya estaban en crisis antes de la pandemia.

Mientras tanto, la guerra en Ucrania ha tensado aún más las cadenas de suministro, especialmente debido al auge del petróleo, y vuelve a hacer subir los precios de las materias primas, esta vez acompañada de una alta inflación en casi todo el mundo.

¿Hacia un nuevo progresismo?

“Más que una nueva izquierda, hay un nuevo progresismo, que difiere del primer ciclo que tuvimos en la década del 2000 con Chávez, con Morales, con Correa”, dijo Mauricio Jaramillo, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos. en la Universidad del Rosario, en Colombia, a CNN.

“Eran progresistas más personalistas, querían hacer refundaciones, nuevas constituciones, nuevos marcos legales, como pasó efectivamente en Venezuela, Bolivia y Ecuador, ahora tenemos un progresista más moderado y multisectorial, ya no es la figura de un una sola persona, Ya no es Boric, no es Petro, no es Fernández, hoy estamos hablando de un progresismo mucho más moderado y focalizado, más de centroizquierda que de izquierda, más responsable hacia el mercado, más moderado hacia la relación con Estados Unidos», agregó. .

Para Jaramillo, también hay un denominador común en la transición energética —parte de la plataforma Petro— y una agenda ligada al cuidado del medio ambiente, considerando que en el pasado Bolivia, Ecuador y Venezuela se enfocaron en un modelo extractivista.

Así, ve un margen de acción más limitado para esta nueva izquierda, que en ningún caso tiene poder absoluto ni grandes mayorías en el Congreso, y que tendrá que hacer concesiones.

“En el caso de Argentina lo vimos por el acuerdo con el FMI, en el caso de Chile por el modelo de mercado abierto que hay que mantener, y en Colombia hay indicadores macro y de riesgo país que hay que mantener. habrá reformas profundas pero paulatinas y muy paulatinas, sin cambios bruscos y radicales, más en un contexto de guerra en Ucrania que impacta en la inflación, el abastecimiento y el comercio internacional”, dijo.

Las consecuencias de la pandemia

Sandra Borda, analista política internacional y excandidata a senadora por el Nuevo Liberalismo en Colombia, cree que la tendencia regional responde en parte a la pandemia de covid-19 que comenzó en 2020.

“Debido a la dinámica de la pandemia y el confinamiento, en todas partes del mundo hay procesos de transición hacia gobiernos de diferentes tendencias”, dijo a Juan Pablo Varsky, de CNN en Español. “Simplemente porque la gente está recogiendo el resultado de la gestión en materia sanitaria y económica”.

“En el caso de América Latina hay un movimiento de izquierda pero no es la misma izquierda de hace una década, no es otra vez la ola rosa de los tiempos de Chávez, Lula, Unasur y CELAC. Yo creo que eso movimiento es de una izquierda muy diferente, un poco más moderna y con la intención de actuar colectivamente pero bajo premisas diferentes», dijo.

“Hay una tendencia, a los gobiernos que se inclinan más a la derecha les ha ido peor que a los gobiernos que hoy se inclinan a la izquierda”, dijo Eduardo Gamarra, profesor de la Universidad Internacional de Florida, a Rafael Romo de CNN en Español. .

Gamarra dijo, sin embargo, que «es importante no meter en el mismo saco a toda la izquierda latinoamericana. La izquierda chilena tiene una trayectoria bien diferente, ha sido un gobierno. El partido comunista (de Chile) es un partido diferente a la región de partidos comunistas de».

“La verdadera prueba que tendrá que pasar este gobierno será su posición sobre las violaciones a los derechos humanos en esos gobiernos de izquierda que aún se dicen democracias”.

«Más frenos que aceleradores»

Andrés Oppenheimer, de CNN, se refirió a una nueva «marea rosa», pero también consideró que tendrá «más frenos que aceleradores», y que en el caso de Argentina y México se acercan elecciones que podrían llevar a un cambio de gobierno.

“A diferencia de lo que sucedió entre 2005 y 2015, cuando Hugo Chávez recorría América Latina prometiendo préstamos en medio de una bonanza de precios de commodities, hoy la situación es muy diferente: Venezuela está en bancarrota, y México, Argentina, Chile, Perú y la propia Colombia también están pasando por un mal momento económico después de una devastadora pandemia».

Según datos del Banco Mundial, en 2020 las principales economías regionales tuvieron fuertes caídas: 11,1% en Perú, 9,9% Argentina, 8,3% México, 6,8% Colombia, 5,8% Chile y 4,1% Brasil.

«Incluso si los precios de las materias primas suben un poco, debido a la invasión rusa de Ucrania, los países de la región no tendrán los fondos para aventuras extremistas y tendrán que buscar inversiones como pocas veces antes», dijo.